Page 235 - Fashion Art Institute by Manuel Fernandez - Libro 3
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M I K I En su primera individual en la galería Fúcares de Madrid, Miki Leal (Sevilla, 1974) disfruta precisamente L E A L de eso, de la pintura, y da rienda suelta a sus capacidades. La mayoría de los cuadros que presenta ahora fueron realizados al aire libre y pocos se tocaron a posteriori. A excepción del espléndido díptico Il Cellese y la moda, que prácticamente se elaboró al completo en el estudio, el resto están concebidos en los alrededores de la hacienda campestre que da nombre a la muestra. Otros apuntes y dibujos, también ejecutados del natural, se tomaron en la Riviera francesa y en las playas de la Costa Azul. De hecho, incluso se han incluido dos piezas de su proyecto anterior, La Cabaña, llevado a cabo con una beca de Cajasol, porque conceptualmente la idea es la misma y enlazan a la perfección. La pintura plain air permite mucha libertad y es una motivación añadida para quien recurre a ella. Enfrentarse a una panorámica abierta, sin límites ni acotaciones, es complicado y hay que manejarse bien si no se quiere caer en un mimetismo irrelevante. Miki Leal ojea con atención su entorno, coge elementos con autonomía y los dispone en el cuadro con frescura y criterio. Su mayor argumento es la propia pintura, ésa es su baza, pero acude a elementos reconocibles porque necesita motivos que le sirvan de pretexto para desarrollar la obra. Lo que hace no se inscribe dentro del paisajismo al uso, y aunque algunos piensen que se ha aproximado al género, está más cercano a una representación abstracta 233 que a una simple imitación. El artista actúa de manera impulsiva con soltura y desparpajo, sin perder ni un ápice de autenticidad, alejándose de poses impostadas y evitando controlar qué es lo que va a ocurrir. Incluso aprovecha el azar, las equivocaciones o la imprevisión (presenta un papel mojado por la lluvia y otro arrugado que desechó en un primer momento) como claves espontáneas que potencian las posibilidades del proceso y su devenir natural. También recorta, rasga, rompe, dobla o salpica para hacer descollar las texturas y la variedad de recursos que permite el soporte. Lo único importante para La Nieve y la Lana, 2010. Acuarela y acrílico sobre papel. Leal es que funcionen con desenvoltura los ingredientes que suma, logrando así captar la atmósfera del 51 x 66 cm. instante en el que se concibe cada trabajo. Su intención siempre es sensitiva; nunca pretende copiar lo que mira, sino inventar a partir de lo que ve. Lejos de las vistas generales que predominan en el pleinairismo, combina planos largos y cortos como si sus imágenes fuesen frames sacados de una narración cinematográfica. Aparece como protagonista y no como un simple testigo desinteresado. -Vemos lo que él ve-, una mirada subjetiva que conlleva la máxima implicación. Estos cuadros revelan vivencias y dan testimonio de un viaje. Sustancialmente, son impresiones acumuladas en lugares ajenos de los que el pintor deja constancia a través de su lenguaje.