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Fernando Castro Flórez 16 La piel más profunda · MANUEL FERNÁNDEZ El vestido es, no cabe duda, algo que envolvente, una construcción delicada que nos identifca 17 Fashion Art No es el momento para enredarnos en las tediosas discusiones sobre la “artisticidad”, cuestión y que tiene que ver con la identidad y el deseo, con la seducción y la defnición del sujeto. “La todavía metafísica o, en términos menos pretenciosos, esencialista, de la Moda, como si ésta fuera ropa se adhiere al cuerpo y es, por ende, su doble y su metáfora. Habla de aquello que envuelve, algo unifcado, una jaula maravillosa de la que nadie quiere salir y en la que para entrar hubiera pero sirve para eludirlo y escamotearlo”*. En realidad, no es solamente ese “camufaje” sino que suscribir un código. Una mirada, informada aunque sea de una forma mínima, reconocerá que las contaminaciones entre ciertos procesos artísticos y algunas manifestaciones de la moda una respuesta personal y estilística a la época en la que nos ha tocado vivir. Manuel Fernández son ejemplares, desde los espectaculares y manieristas flmes de Matthew Barney a las fotografías hieráticas de Vanesa Beecroft o en las impactantes y, a veces, desconcertantes prendas de Matin que supone un acto de presentación, un modo de estar en el mundo o, en otros términos, propone sus ropas pintadas como un intento de ir más allá de la “uniformidad”, acaso como una Margiela o Hussein Chalayan*. El proyecto Fashion Art que ha desarrollado con gran entusiasmo reivindicación de una existencia creativa, en la que el arte esté más cerca de nosotros: convertido el diseñador Manuel Fernández supone una clara toma de conciencia de la moda como soporte en nuestra piel. artístico. Desde hace años ha colaborado con numerosos artistas generando piezas de una brillantez extraordinaria. Todo artista trabaja dejando huellas que nos inquietan. Dejamos por todas partes huellas: “virus, lapsus, gérmenes, catástrofes– signos de la imperfección que son como la frma en el Manuel Fernández viene a demostrar que la idea de Valery de que “lo más profundo es la piel” corazón de ese mundo artifcial”**. Los gestos y las composiciones de los pintores son las puede recontextualizarse, en el campo de la moda, por medio de un diálogo fructífero con la huellas que Manuel Fernández toma para excitar su imaginación, para plegar y desplegar, para pintura. Tenemos que tener en cuenta que el vestido es la verdadera piel del sujeto, eso que coser y ajustar, dotando a los cuerpos de una sofstación inédita. Veo el enorme repertorio asegura el paso de lo sensible corporal al sentido simbólico**. Vamos siempre marcados por telas de trabajos que ha realizado con artistas españoles y latinoamericanos como una incitación pigmentadas, la pintura es nuestro “revestimiento”, desde el nicho prehistórico (con aquellas aprender a vivir de maravilla***, esto es, como un gesto que nos lleva más allá de lo imágenes apotropaicas que tenían que ver, tal vez, con estados alterados de conciencia o con monocorde, del minimalismo encorsetador o de la inercia a convertir lo banal en chic. rituales) hasta la prenda que acaba de ofrecerse esplendorosamente en una pasarela. El pintor y el diseñador de moda saben de colores, volúmenes, texturas, ambos están confrontados Los cuerpos están encriptados (mise en crypte) en la ropa, el arte está sujeto, inevitablemente, siempre con el modelo (sea para atraparlo en el espacio de la representación o para llevarlo a la a los ornamentos (párerga), ese borde extraño contra el que reacciona el discurso presentación pura) y, sobre todo, buscan eso tan difícil de defnir que es el placer estético. flosófco****. Manuel Fernández salta el límite entre disciplinas creativas para adentrarse en la experiencia de la piel como tejido, proponiendo esos vestidos-de-pintura que son En el fnal de la idea moderna del arte surgen, evidentemente, actitudes, gestos y obras, absolutamente hipnóticos. Basta contemplar piezas como las que ha realizado con pintores diferenciados de aquella voluntad delimitadora precedente, esto es, afrontamos una situación como Juan Genovés, Darío Alvárez Basso, José Manuel Ciria, Úrculo o Uiso Alemany para pluralista***. La hibridación ha llegado también al terreno de la moda y Manuel Fernández comprobar la intensidad de todo el proyecto. Sin duda, Fashion Art se ha convertido en un es, junto a creadores como David Delfín, un ejemplo de un actitud de curiosidad y búsqueda, proyecto referencial que se ha exhibido en museos como el de Antioquia en Medellín, el afrontando retos que no están dirigidos hacia el rendimiento “empresarial” sino que tienen Museo de Artes Visuales Montevideo, el Palacio de la Minería de México DF o en la Ciudad de que ver con la investigación plástica. No es fácil, ni mucho menos, intervenir en esa zona las Artes y las Ciencias de Valencia. transdisciplinar que obliga, como punto de partida crucial, a estar abierto a la propuesta del otro, dialogando con pintores y artistas, tratando de encontrar inspiración allí donde otro también sedimentó su imaginario. Se puede decir que Manuel Fernández está generando no sólo trajes * Juan Antonio Ramírez: “Ropajes (máquinas de coser, fetichismos, trajes nupciales...)” en Corpus solus. Para un mapa del cuerpo en sino que también persigue una refexión sobre los acontecimientos corporales vestido excitante, el arte contemporáneo, Ed. Siruela, Madid, 2003, p. 139. algo “que nos circunda y envuelve****” desde el punto de vista de la fusión de pintura y moda. ** Jean Baudrillard: “La escritura automática del mundo” en La ilusión y la desilusión estéticas, Ed. Monte Ávila, Caracas, 1997, p. 85. *** “Tal vez en este contexto resuene con otro alcance la necesidad de vivir de maravilla, en lugar de vivir de miedo. No es difícil reconocer que habitualmente nos desenvolvemos en un ámbito en el que nuestra vida es del miedo. Él labra nuestra existencia * El número 197 de la revista LAPIZ está dedicado a las relaciones entre Arte y Moda. Cfr. especialmente, Vivianne Loría: “Juegos de cotidiana tejiéndola de mediocridad, de una mediocridad que puede adoptar la forma de una aparente placidez. El terrible retorno suplantación de la moda y el arte” en LAPIZ, n° 197, Noviembre del 2003, pp. 26-35. de lo irrepetible de nuestra existencia la sostiene en la maravilla de vivir. Pero el terror de vivir es, a la par, gozo y dicha de hacerlo. ** “En cuanto al cuerpo humano, Hegel ya había sugerido que tenía una relación de signifcación con el vestido: en tanto que No es ya el simple miedo a los sucesos de la vida cotidiana, es el sencillo terror, la maravilla del existir. De ahí que la culminación de sensible puro, el cuerpo no puede signifcar; el vestido asegura el paso de lo sensible al sentido; es, si se prefere, el signifcado por la modernidad sea con Hegel el cumplimiento de otra forma de silencio de la maravilla. Y, a la par, con él, el grito de la necesidad de excelencia” (Roland Barthes: El sistema de la moda, Ed. Gustavo Gili, Barcelona, 1978,p. 221). su libertad” (Ángel Gabilondo: Mortal de necesidad. La flosofía, la salud y la muerte, Ed. Abada, Madrid, 2003, pp. 160-161). *** “El nuestro es un momento de profundo pluralismo y total tolerancia, al menos (y tal vez sólo) en arte. No hay reglas” (Arthur **** “Esta delimitación [realizada por Kant en La crítica del Juicio] del centro y de la integridad de la representación, de su adentro C. Danto: Después del fn del arte. El arte contemporáneo y el linde de la historia, Ed. Paidós, Barcelona, 1999, p. 20). y de su afuera, puede parecer insólita. Uno se pregunta además dónde considerar que comienza el vestido. Dónde empieza y dónde **** Mario Perniola: El sex appeal de lo inorgánico, Ed. Trama, Madrid, 1998, p. 66. termina un párergon. Todo vestido sería un párergon” (Jacques Derrida: La verdad en pintura, Ed. Paidós, Buenos Aires, 2001, p. 68). fernando CASTRO FLÓREZ
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