Page 22 - Fashion Art Institute by Manuel Fernandez - Libro 3
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El vestido es, no cabe duda, algo que envolvente, una construcción delicada que nos identifica y que tiene que ver con la identidad y el deseo, con la seducción y la definición del sujeto. “La ropa se adhiere al cuerpo y es, por ende, su doble y su metáfora. Habla de aquello que envuelve, pero sirve para eludirlo y escamotearlo”*. En realidad, no es solamente ese “camuflaje” sino que supone un acto de presentación, un modo de estar en el mundo o, en otros términos, una respuesta personal y estilística a la época en la que nos ha tocado vivir. Manuel Fernández propone sus ropas pintadas como un intento de ir más allá de la “uniformidad”, acaso como una reivindicación de una existencia creativa, en la que el arte esté más cerca de nosotros: convertido en nuestra piel. Todo artista trabaja dejando huellas que nos inquietan. Dejamos por todas partes huellas: “virus, lapsus, gérmenes, catástrofes– signos de la imperfección que son como la firma en el corazón de ese mundo artificial”**. Los gestos y las composiciones de los pintores son las huellas que Manuel Fernández toma para excitar su imaginación, para plegar y desplegar, para coser y ajustar, dotando a los cuerpos de una sofistación inédita. Veo el enorme repertorio de trabajos que ha realizado con artistas españoles y latinoamericanos como una incitación aprender a vivir de maravilla***, esto es, como un gesto que nos lleva más allá de lo monocorde, del minimalismo encorsetador o de la inercia a convertir lo banal en chic. 20 Los cuerpos están encriptados (mise en crypte) en la ropa, el arte está sujeto, inevitablemente, a los ornamentos (párerga), ese borde extraño contra el que reacciona el discurso filosófico****. Manuel Fernández salta el límite entre disciplinas creativas para adentrarse en la experiencia de la piel como tejido, proponiendo esos vestidos- de-pintura que son absolutamente hipnóticos. Basta contemplar piezas como las que ha realizado con pintores como Juan Genovés, Darío Álvarez Basso, José Manuel Ciria, Úrculo o Uiso Alemany para comprobar la intensidad de todo el proyecto. Sin duda, Fashion Art se ha convertido en un proyecto referencial que se ha exhibido en museos como el de Antioquia en Medellín, el Museo de Artes Visuales Montevideo, el Palacio de la Minería de México DF o en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. * Juan Antonio Ramírez: “Ropajes (máquinas de coser, fetichismos, trajes nupciales...)” en Corpus solus. Para un mapa del cuerpo en el arte contemporáneo, Ed. Siruela, Madrid, 2003, p. 139. ** Jean Baudrillard: “La escritura automática del mundo” en La ilusión y la desilusión estéticas, Ed. Monte Ávila, Caracas, 1997, p. 85. *** “Tal vez en este contexto resuene con otro alcance la necesidad de vivir de maravilla, en lugar de vivir de miedo. No es difícil reconocer que habitualmente nos desenvolvemos en un ámbito en el que nuestra vida es del miedo. Él labra nuestra existencia cotidiana tejiéndola de mediocridad, de una mediocridad que puede adoptar la forma de una aparente placidez. El terrible retorno de lo irrepetible de nuestra existencia la sostiene en la maravilla de vivir. Pero el terror de vivir es, a la par, gozo y dicha de hacerlo. No es ya el simple miedo a los sucesos de la vida cotidiana, es el sencillo terror, la maravilla del existir. De ahí que la culminación de la modernidad sea con Hegel el cumplimiento de otra forma de silencio de la maravilla. Y, a la par, con él, el grito de la necesidad de su libertad” (Ángel Gabilondo: Mortal de necesidad. La filosofía, la salud y la muerte, Ed. Abada, Madrid, 2003, pp. 160-161). **** “Esta delimitación [realizada por Kant en La crítica del Juicio] del centro y de la integridad de la representación, de su adentro y de su afuera, puede parecer insólita. Uno se pregunta además dónde considerar que comienza el vestido. Dónde empieza y dónde termina un párergon. Todo vestido sería un párergon” (Jacques Derrida: La verdad en pintura, Ed. Paidós, Buenos Aires, 2001, p. 68).